SUCIEDAD Y SALUD


       La higiene es un marcador de calidad de vida, sin duda alguna, pero  siempre hay paradojas...como en casi todo. Veamos:

     Nuestro sistema defensivo inmunitario necesita de la exposición a microorganismos variados para poder desarrollarse con plenitud. Actuan como un sistema educativo para nuestras defensas. Cuando estas no están bien entrenadas desde la infancia existe el riesgo de mayor incidencia de enfermedades alérgicas, trastornos autoinmunes e incluso  cáncer. El exceso de higiene pudiera no ser tan bueno como sería de esperar. 

   Así se ha descubierto que la leucemia linfoblástica aguda, uno de los cánceres infantiles más frecuentes, se dispara cuando el sistema inmune no ha sido expuesto a suficientes microbios en los primeros años de la vida. Una consecuencia paradojica del progreso de las sociedades modernas, muchas de ellas excesivamente asépticas. 

     Que nuestros hijos jueguen con otros niños ( si es en la calle mejor), o tengan contacto con mascotas son factores positivos para que puedan entrenar su sistema inmunitario y estar más preparados para las amenazas que la vida le van a deparar. No siempre es mejor obsesionarse con el lavado diario intensivo, mantenerlos entre algodones y secuestrados de la vida cotidiana dónde la suciedad existe y puede tener un papel lpositivo  en su futura salud.

¿ Sorprendente?  Quizá, pero no por ello cierto.

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