EL ANILLO QUE CONTROLA MI VIDA

 

      Hace ya tiempo que los "wearables" se han integrado en nuestras vidas. Son dispositivos tecnológicos de tamaño reducido que se incorporan en una parte de nuestro cuerpo interactuando de forma continuada y recogiendo información. Los más extendidos son las pulseras, muchas de ellas integradas en un smartphone ( Smartwatch) , y que desde la muñeca evaluan nuestra actividad fisica, los pasos recorridos ( con su equivalencia en Kms), la frecuencia cardiaca, calorias consumidas, etc. 

      Estos dispositivos han elaborado una cultura del control y la motivación. "Tengo que llegar a mi limite de tantos miles de pasos diarios..." dicen muchos atletas del asfalto, "¿cuantas calorias he gastado hoy?" se preguntan ansiosos otros muchos...Las pantallas de los teléfonos mágicos nos informan de todo ello en una retahila interminable de funciónes que acaban por hacernos olvidar que la función básica de estos dispositivos era ( ya casi ni lo recordamos) comunicarnos por medio de nuestra voces.

     Todo va muy deprisa y en esto de los "gadgets" (artilugios tecnológicos) mucho más. Ayer estrené mi nuevo anillo, mi OURA ring. Es como una alianza matrimonial hecha de titanio, brillante, negra y un poco más gruesa. El secreto está en su interior. Allí han colocado ( los fabrica una compañia filandesa) sensores Led infrarrojos, un acelerómetro, un giroscopio, un sensor de temperatura... Aparte de los controles habituales aporta la novedad de registrarte el sueño, su calidad, sus fases, su eficiencia tál si fuese el  hipnograma que se obtiene en los laboratorio dónde se estudia el sueño. Detecta si has tenido apneas, alteraciónes del ritmo cardiaco, la saturación de oxigeno...

       Son señales claras de que el ejercio médico va a cambiar de forma espectacular. Desaparecerán las agujas, muchas analiticas, electrocardiogramas, holters, y muchos estudios y registros que pasarán a ser realizados por dispositivos sencillos unidos a nuestros cuerpos. Voy más allá: muchas especialidades médicas no serán necesarias. La radiología, dermatología, anatomia patológica... son algunas de ellas. Los algoritmos diagnósticos son más finos diagnosticando que el ojo humano y, ademas, no tienen fatiga, ni problemas familiares o personales que influyan en su trabajo, por ejemplo. La inteligencia artificial y el "big data" son realidades abocadas a cambiar radicalmente la práctica médica.

      Son los primeros peldaños de un camino revolucionario y apasiontante. De momento mi anillo ya me ha dicho que mi sueño ha sido de calidad esta pasada noche, que debo incrementar mi consumo energético y que mi corazón late lento pero muy eficaz. Pronto me dirá mi cifra de colesterol y de azucar en sangre, medirá mi grado de bienestar emocional y que debo hacer para ser un poco más feliz. ¡ No tardaremos en verlo! 


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